Hola! Somos Maya y Miguel, de 19 y 22 años y de Sevilla y Gijón respectivamente, y hace poco tuvimos la suerte de participar en el Training para Trainers “Inclusion Quest” en Ogulin (Croacia) organizado por LAG Vallis Colapis. Pese a que lo primero que notamos al llegar fue el frío que hacía en los Balcanes en otoño-invierno, y lo bonitas que quedan las zonas con la nieve, pronto nos recibió la calidez de nuestras trainers Petra 1, Petra 2 y Petrana, y del resto de participantes del proyecto. Rápidamente nos dimos cuenta de que teníamos un grupo muy variado de gente, con representantes de todas las edades y de muchas culturas diferentes. Y pese a ello, no hubo ningún choque… todo lo contrario! La atmósfera creada por las trainers y por el grupo fue magnífica durante todo el proyecto y nos permitió a todos expresarnos libremente, escuchar ideas interesantes y poder ser escuchados. Y así es como más se aprende! Hemos podido desarrollar muchas herramientas para poner en práctica en el trabajo juvenil y asegurarnos de la inclusión de todos los participantes. Pese a que para Maya era el primer proyecto y para Miguel uno de tantos más, ambos hemos vivido una experiencia increíble en la que hemos creado lazos con gente de otros países y culturas y hemos aprendido mucho a la vez que nos lo pasábamos bien. El frío se olvida rápido si te lo pasas bien! 😉
En el curso aprendimos los muchos beneficios de la educación no formal, y es que esta no se basa en un sistema vertical de aprendizaje, en el que el “profesor” enseña y los alumnos observan y aprenden, sino que todos aportamos y todos aprendemos. Además, el mensaje del que aprender sobre los workshops no siempre era evidente y se explicaba de manera explícita, sino que se buscaba que a través de nuestra propia deliberación y discusión en grupo llegásemos a conclusiones conjuntas. Esto se nos dejó claro con uno de los primeros ejercicios, que procedió a aquellos dedicados a conocernos entre nosotros, lo cuál fue de enorme utilidad para desarrollar la confianza en el grupo desde el principio. En este, se nos dividió en dos grupos, y se nos encomendó la misma tarea (representar la igualdad). En este, un grupo tenía todo tipo de recursos a su disposición con distintos tipos de papeles, celo, post-its, tijeras, etc. Y además, recibían un trato agradable de las instructoras, que se preocupaban por ayudarles como pudieran e incluso hacerles masajes, y dejarles sentarse cómodamente. Sin embargo, el otro grupo apenas tenía materiales para representar sus ideas, no tenían un espacio cómodo y el trato que recibían era totalmente desagradable y desalentador. Pudimos ver, en primera mano como, incluso estando cerca, el grupo “privilegiado” no se preocupó del grupo menos privilegiado y no ofreció su ayuda pese a que les sobraran recursos. Por otro lado, las personas del grupo menos privilegiado aceptaban su situación y tampoco buscaban ayuda por una sensación de “indefensión”. Tras finalizar este ejercicio, la discusión fue increíblemente enriquecedora, pues pudimos ver los símiles de esta situación con la sociedad actual y las formas en que esta es representada en las diferencias sociales y de privilegios. Durante toda la semana tuvimos ejemplos de este tipo que, por un lado, como participantes nos hacían reflexionar y nos hacían ver las desigualdades latentes en nuestra sociedad y motivaban nuestra búsqueda de soluciones ante estos problemas. Por otra parte, como futuros trainers, se motivaba nuestro aprendizaje de actividades que realmente sean inclusivas y se nos hacía ver lo crucial que es tener en cuenta promover la inclusión con cualquier actividad que hagamos. Además, las trainers predicaban con el ejemplo, y pudimos aprender directamente de su metodología. Durante la semana seguimos haciendo ejercicios muy interesantes, como la búsqueda hacia “Equity Land”, el desarrollo del trainer perfecto, la diferente visión de los seis sombreros de Edward Bono… El culmen del proyecto llegó el penúltimo día. En la mañana de este, se nos dividió en 7 grupos de 4 personas que teníamos como misión desarrollar una actividad inclusiva, que aplicamos esa misma tarde. El diseño de esta actividad, para la cual teníamos gran libertad, fue la conclusión creativa del proyecto en el que debíamos de aplicar todo lo aprendido para crear nuestra idea. Además, trajeron a un experto en la preparación de trainers para darnos feedback sobre nuestras ideas y sobre la aplicación de nuestras actividades. Y, como no, también podíamos escuchar el feedback de nuestros compañeros y dar el nuestro. El poder compartir todas nuestras ideas juntos, ver el feedback que recibíamos personalmente, así como aprender del feedback que era dado a otros grupos, fue la idea perfecta para servir como conclusión al proyecto, que nos ha mostrado la importancia de la inclusividad, como aplicarla y promoverla, cual es su importancia, y nos ha dado múltiples herramientas y principios para hacer efectivamente de trainers en nuestras propias ideas futuras. Recomendaríamos este experiencia, y otras similares, para cualquier persona, pues el aprendizaje y crecimiento, junto a la diversión y la oportunidad internacional, son aspectos que no deben dejarse pasar.