So long and thanks for all the red noses

Este enero, Estela y yo tomamos un avión hacia un país en el que nunca habíamos estado antes: Eslovenia. Llegamos a una preciosa ciudad llamada Brežice, donde pasamos una semana entera conociéndonos entre nosotras y conociendo a otras personas maravillosas de toda Europa.

Durante toda la semana, nos dedicamos a encontrar nuestro “payaso interior” para asegurarnos de poder conectar mejor con la juventud con la que trabajamos y con la que trabajaremos en el futuro. Estela y yo estamos estudiando para ser actrices, pero nos sorprendió muchísimo descubrir que este curso de formación iba a ser muy diferente de lo que esperábamos.

La semana estuvo llena de ejercicios introspectivos que nos dejaron al descubierto, pero al mismo tiempo, nos llenaron de amor y ganas de ayudar a los demás. Descubrimos nuevas formas de ver el mismo mundo en el que todas vivimos. Aprendimos a mirar con otros ojos en muchas situaciones diferentes que nos rodean, pero que, en muchas ocasiones, no vemos realmente.

Las tardes estuvieron llenas de descubrimientos, como acrobacias o malabares; todo el mundo estaba dispuesto a compartir sus conocimientos y a escuchar lo que el resto tenía que decir. Encontramos compañerismo y una conexión especial con personas tanto distintas como familiares, uniéndonos en una experiencia de aprendizaje de una semana que nos dejó llenas de amor y crecimiento.

Hemos aprendido teoría y practicado dinámicas; hemos fallado y aprendido a aceptar el error como una forma de aprendizaje y crecimiento.

Carmen y Estela